Julio es mi mes.

No acostumbro ir a ese tipo de bares, tenia mas de seis años resistiéndome a entrar no solo a ese si a todos lo de su calaña, ya sabes, meseros que repudian a los clientes, que les resultan un tanto grupis y lo pero chingar al que no lo parece; mujeres guapas que jamás ligaran con un tipo como, asi que por eso no pierdo el tiempo con ninguna; un par de caguamas, una cajetilla de cigarros nueva que desparece de manera misteriosa, la llegada, siempre oportuna de mi novia, risas, besos, mas caguamas, por que una que otra canción que se canto al calor de los alcoholes, después, las luces se encienden, los besos se hacen mas calidos, la llegada a casa, abrazar a tu novia sin hacerle el amor y solo dormir abrazado a ella.

Han pasado los años y no es que este viejo, solo que la vida ya no me asusta tan rápido, des pues de todo dos años pasan rápido, y el nombre de francisco no me resulta mala idea siempre y cuando el de ella sea Fedra.

Solo tú, Benedetti, mis carencias cibernéticas y la Pinche comercialización de lo sacro me ayudo a resumir lo que siento en mi mes, por que aunque no les guste todo julio es mi cumpleaños:

Síndrome

Todavía tengo casi todos mis dientes

Casi todos mis cabellos y poquísimas canas

Puedo hacer y deshacer el amor

Trepar una escalera de dos en dos

Y correr cuarenta metros detrás del autobús

O sea que no debería sentirme viejo

Pero el grave problema es que antes

No me fijaba en estos detalles

(Mario Benedetti)