El Espejo II
Abrí el cajón de nuevo
Setenta y cinco fotos
Solo en tres estamos juntos.
Cerré el cajón, esta vez no pienso en abrirlo de nuevo
Pero mí, después por ti.
El día tres esta por llegar, ¿será bueno eso?
Este no es un rincón literario tan solo es: El TEMPLO DE LA CATARSIS
Abrí el cajón de nuevo
Setenta y cinco fotos
Solo en tres estamos juntos.
Cerré el cajón, esta vez no pienso en abrirlo de nuevo
Pero mí, después por ti.
El día tres esta por llegar, ¿será bueno eso?
Ese día no había nubes, la luz del sol quemaba los brazos, esos rayos fuertes se sentían como lanzas sobre la cabeza.
El hombre, ya un tanto cansado, tropezó con la banqueta, los resultados del golpe eran un tanto aparatosos.
La gente solo miro, no dijo nada, fueron los menos los que se acercaron, le tocaron el hombro y de consuelo una sonrisa;
El, mostró esa integridad fingida, en medio de mareos, se puso en pie y encontró una vara torcida, pero fuerte.
Dio unos pasos apoyándose del bastón, cuando se sintió fuerte hizo a un lado al bastón.
-¿y ya nunca se volvió a caer?, pregunto el niño
Ese hombre con cara de dinosaurio no es otra cosa que un humano disfrazado de futbolero aficionado de los pumas, que juega al psicólogo y lo hace bien, con las poses necesarias de un buen narcisista, uno que disimula discretamente saberse como un buen amigo, de esos que te compran un refrigerador madreado solo por hacerte el paro o te ofrecen su casa solo por que le sobran razones para no pedirte lo contrario.
Se trata no solo un dinosaurio rojo, sino de uno que deja en claro ser un gran conversador de los mejores y peores temas, pero siempre con seriedad envuelta en ese humor negro y sarcástico que nos hace recordar aquellos tiempos en que de manera consiente éramos victimas de ese capitalismo voraz del cual, hoy, nos reímos y gozamos todos lo días y que nos hacia mover tarimas.
Observe con atención, no se trata de cualquier personaje, es del tipo que le cuesta trabajo decirle que no a un amigo por que el sabe lo difícil que es afrontar un no como respuesta y de igual forma se aguanta las ganas y el llanto para cuando tu no lo haces y terminas moqueando su hombro.
Ese dinosaurio no es cualquier dinosaurio,
Ese dinosaurio es mi amigo
Y prefiero que sea rojo, pues de lo contrario seria Barney
Una abrazo a mi hermano de caguama.
¡¡ Viva la prosa forzada¡¡¡