La bicicleta gira y gira

Hace unos días recibí un mensaje, uno muy bueno, de esos que te alegran el día, se trataba de mi primera esposa, aquella a la que le debo el gusto por Sabina, por Serrat, por la compañía durante el luto de un familiar; fue emocionante, pues me comento que aunque de manera casual, visito este espacio, esas cosas siempre lo llenan a uno de gusto sobre todo cuando se trata de una mujer a la que quise mucho, que recuerdo con mucho amor y que a pesar de lo pesado que fui con ella aun me contesta los mensajes, esa que era fácil de asustar escondido detrás de una puerta, esa que le gustaba discutir con sentido, esa que pierde en el albur de los tequilas con tu mejor amigo y que se despide de ti sentada en la parada de un autobús, esa que le debo tantas cosas, como a tantas personas chidas que han pasado por mi vida. Así que después de la algarabía de su mensaje y a la luz del la portada del disco que aun en medio del ruido, negociamos a cambio de unos libros y que aun así se lo llevo le digo: ¡¡¡Salud y fraternal abrazo ya que aun la suela de mis zapatos te echan de menos!!!

Nota aclaratoria: Ninguna de mis esposas esta loca, bueno solo lo indispensable para haber vivido esa aventura de compartir a mi lado y dejarme regalos de la vida tan preciados.